semblanzas-de-mary

Thursday, December 28, 2006

EL PECADO ORIGINAL

En el anterior artículo mencionaba que en cierto punto de nuestro desarrollo como humanos, un mal día también se le ocurrió a la representante femenina del género, en este caso la llamada Eva, desoir las advertencias de su creador -nótese que lo escribo sin mayúsculas porque no estamos seguros de que fuera Dios- y se decidió a comer del dichoso "Árbol del Bien y del Mal", es decir, que la pobrecilla contrajoel maniqueísmo,un mal terrible que nos hace sufrir intentando dilucidar quiénes son "los malos" y "los buenos" de esta película en la que nos ha tocado actuar. Y eso es así por la sencilla razón de que alguien nos ha encerrado en un set donde malabarismos, heroicidades y genialidades aparte, lo que se rueda es una especie de "snuff movie" y aunque nos cueste creerlo, al final resulta que todo era real y por tanto no salimos vivos.

Bueno, pues por si fuera poco castigo la enfermedad contraída en sí, le cayeron muchas otras maldiciones: tener que trabajar para poder comer -como si los otros seres vivos de la Naturaleza no se lo tuvieran que currar para comer a diario o al menos de cuando en cuando. Parece ser que Adan y Eva no tenían mas que alargar la mano y ¡Voilá!, ahí estaba su comida. La segunda maldición ya es mas grave: conocerán el dolor, sobre todo la mujer durante el parto. Y claro, al tener que trabajar para comer, conocerán el cansancio, el miedo, el hambre, la sed... y si me apuran, la depresión al sufrir tanta calamidad, ellos que podían haber estado tan felices.... y la tercera maldición ya remata su fracaso como pieza de la Creación cuando son expulsados del Paraíso según cuenta la Biblia por un ángel armado con una espada flamígera, es decir, una como la que usan en la Guerra de las Galaxías o así.

Todo lo que acabo de describir como castigo por haber desobedecido la advertencia de su creador: no probar el fruto del Ärbol del Bien y el Mal. ¡Caray, hay que ser tonto para tenerlo todo excepto una cosa que le han prohibido a uno y tener que caer en la tentación.!... ¿O acaso ese era el truco, conociendo la debilidad humana: ponerles una prueba que se sabía de antemano que nuestros llamados "Primeros Padres?no serían capaces de pasar. Si les creó Dios y Ël lo sabe todo ¿Cómo es que no sabía que probarían el tal fruto?

Yo me eduqué en un colegio de monjas y claro, teníamos clase de religión. De religión católica, se entiende. El profesor era un sacerdote de unos 40 años y aunque yo era de las niñas mas estudiosas de la clase, posiblemente en otros aspectos era también la mas conflictiva porque desde el primer día que el buen hombre nos explicó eso de que todos nacíamos con el Pecado Original, me rebelé y le discutí la cuestión empleando simplemente la lógica de mis 11 años.

Vamos a ver, padre, le decía yo. Dice usted que Dios es infinitamente bueno, sabio, poderoso...perfecto, vaya. De acuerdo. Entonces, ¿Como es que nos hace pagar a los descendientes de aquellos dos estúpidos desagradecidos que lo fastidiaron todo comiendo una manzana, sobre todo Eva?, ¿Como no sabía Dios que iban a desobedecerle si lo sabe todo?

El cura argumentó que claro que lo sabía pero que para eso ya tenía previsto desde siempre enviar a un ser semi-inmortal, su hijo Jesucristo, para con su Pasión y muerte "lavar" ese estigma, esa mancha que pesaba sobre todo el género humano.

¡Pues vaya tontería! Le solté yo ¿Acaso Dios es masoca?

.- Niña, no blasfemes! .- me conminó el profesor, que aunque tenía muy buen carácter ya se estaba hartando de la discusión.

.- Perdón, padre, no era mi intención resultar blasfema ni mucho menos. Es que no lo entiendo, la verdad, contesté con gesto humilde. Si mi padre sabe que yo soy aficionada a tirar piedras y además muy desobediente, lo mejor que puede hacer es no dejar ninguna al alcance de mi mano. Lo que no veo lógico es que me dé una, y que cuando yo haya matado de una pedrada a un perro, a otro niño o simplemente me haya cargado un cristal, salga mi padre diciendo: No se preocupe nadie que yo pagaré los daños con mi dinero o incluso iré a la cárcel si hace falta. Todo el mundo le abuchearía y le contestaría que estaba loco, porque lo que tenía que haber hecho era evitar esos daños no proporcionándome la piedra con la que los había causado.

El sacerdote no contestó. Seguro que estaba rebuscando en sus estudios de Teología tratando de hallar una respuesta pero pasaron varios minutos y siguió callado.

Envalentonada por esta primera victoria dialéctica, le hice otra pregunta para la que yo no tenía respuesta:

.- Dice también usted que Dios es infinitamente bueno y por tanto, infinitamente justo...entonces...¿Como es que castiga a los descendientes de nuestros Primeros Padres por lo que hicieron ellos y no nosotros? Eso es injusto, porque los que nacimos luego no tenemos la culpa de nada, no estábamos allí y si hubiéramos estado, algunos hubiéramos obedecido y no hubiéramos comido la manzana dichosa. Mis compañeras de clase apoyaron mi teoría a coro.

.-¡Eso, eso!.-Se oyó decir. Es una injusticia. Yo no me la hubiera comido, ni yo, ni yo...

.- ¡Silencio, niñas, llamó el cura al orden , Dios es justo. Hizo lo que debía!

.- Entonces, ataqué yo.. ¿Cree usted justo que si el padre de usted hubiera matado a alguien y le hubieran metido en la cárcel, nada mas nacer usted le metieran en la cárcel también?.. ¿De verdad le parece justo?...-pregunté incrédula.

.- No... balbució el pobre profesor abrumado... no, pero...

La clase entera se alborotó aplaudiendo y gritando ¡Pues claro que no!¡No es justo, no es justo!.


Recuerdo que el profesor nos tuvo que mandar callar ya enfadado y nos preguntó a varias la lección, entre ellas a mi, claro, por incordiar. Aunque dije toda la pregunta de pe a pa, aquel curso no pasé de un 5 o un 6 en Religión, lo que desmerecía en mi cartilla de notas llena de nueves y dieces. Lo peor de todo es que todavía hoy no he encontrado a nadie que haya conseguido darme una respuesta lógica a esas dos tremendas preguntas que le planteé al pobre cura aquel día. Ahora veo el tema de otra manera,con otro enfoque mas complejo que me han dado los años y miles de horas de lectura y conversaciones con religiosos de varios credos, pero o los teólogos están estudiando un tema hueco, sin substancia, que investiga el lado espiritual del gran misterio de nuestro origen o es que no saben explicárnos bien el resultado de tales estudios. Cada religión intenta hacerlo con mayor o menor acierto, calmando así la ansiedad de sus seguidores y por eso las explicaciones, aunque a veces parezcan absurdas, injustas o incluso ridículas me merecen gran respeto, con excepción de las teorías de esos "visionarios" que sólo desean engañar y hacerse ricos a costa de las inquietudes espirituales de algunas gentes. En cualquier caso, actualmente la Ciencia no está suficientemente desarrollada para poder proporcionarnos una respuesta fehaciente a la pregunta que da título a mi anterior artículo. ¿O si? Y en ese caso ¿Nos gustaría? Tal vez no, tal vez sea mejor seguir ignorándolo, no vayamos a llevarnos un disgusto. No sea que lo del "Pecado Original" sea efectivamente algo muy gordo que pesa negativamente en la fama de la especie humana. De todos modos, no solo yo sino millones de personas no podemos evitar plantearnos esas inquietantes preguntas que a lo mejor, una vez contestadas, nos responderían de paso también la otra tremenda interrogante ¿A dónde vamos?

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